El 2 de marzo de 2002, Buenos Aires despedía a una figura icónica del deporte argentino: Juan Carlos "Tito" Lectoure, el hombre que impulsó el boxeo nacional a lo más alto y transformó el Luna Park en un ícono cultural. Nacido el 10 de junio de 1936, Lectoure no solo fue un empresario visionario, sino también un promotor que llevó a 12 boxeadores argentinos a conquistar títulos mundiales en distintas categorías.
De joven deportista a empresario del boxeo
Desde muy joven, "Tito" se destacó en el deporte, especialmente en el boxeo, disciplina que practicaba en el club Gimnasia y Esgrima. Su vida dio un giro cuando, tras la muerte de Domingo Pace y su tío José Lectoure, herederos del mítico Luna Park, fue elegido administrador del recinto con apenas 20 años. Así comenzó su ascenso como el empresario más envidiado del país.
El promotor que revolucionó el boxeo argentino
Con un profundo conocimiento del boxeo, Lectoure combinó su rol de empresario con el de promotor. Su gestión no estuvo exenta de polémicas: era conocido por su carácter fuerte y su forma implacable de manejar a sus boxeadores. Desde intervenir en su vida privada para mantenerlos alejados de los excesos hasta usar métodos extremos durante los combates (como pinchar a un boxeador con tijeras para hacerlo reaccionar), "Tito" siempre buscaba sacar lo mejor de sus pupilos.
Entre sus representados, destacó su relación con Víctor Emilio Galíndez, a quien consideraba como el hijo que nunca tuvo. Sin embargo, su vínculo con Carlos Monzón fue más turbulento. Cuando Monzón decidió cambiar de representante, Lectoure le advirtió: "Anda con ellos, pero te van a cagar". Años después, Monzón regresó arrepentido tras ser estafado, pidiendo perdón a quien siempre lo había guiado con firmeza.
El Luna Park: De templo del boxeo a escenario multiusos
En los años 80, ante la decadencia del boxeo, Lectoure reinventó el Luna Park, convirtiéndolo en el teatro más grande de Buenos Aires. Desde recitales de Frank Sinatra hasta el casamiento de Diego Maradona, el estadio fue testigo de eventos históricos. Incluso, su ingenio quedó demostrado cuando engañó a Luciano Pavarotti con un piano que no funcionaba, desatando las risas de ambos al descubrir el ardid.
Un legado que trasciende el ring
En el año 2000, "Tito" recibió un merecido reconocimiento al ser incluido en el Salón de la Fama del Boxeo en Estados Unidos. Su muerte, el 2 de marzo de 2002, marcó el final de una era. Fue velado en el Luna Park, al igual que Carlos Gardel, y sus restos descansan en el cementerio de la Chacarita.
Juan Carlos Lectoure no solo fue un empresario y promotor; fue un hombre que dejó una huella imborrable en el boxeo y la cultura argentina. Su legado sigue vivo en cada rincón del Luna Park y en la memoria de quienes lo conocieron.